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martes, 13 de diciembre de 2011

La verdad es la mejor medicina


Siempre fui una niña que decía la verdad, siempre obedecía las ordenes sin decir nada, era la "niña buena", "la tranquila", "la sumisa". AHORA NO!
Cuando cursaba el último año del colegio, todo fue triste algo oscuro; me pasaron cosas que no se las deseo a nadie, y la verdad fue tan largooooo aquel año, que se me hacia imposible sonreír.
Las noches en el hospital, o encerrada en el baño del colegio eran largas, eran tristes, eran traicioneras. Pero saben algo? Eso me hizo fuerte, muy fuerte, me hizo verme de una manera distinta, de una manera que antes temía pero que ahora me gusta ser. Gracias a esas experiencias hoy sonrió y ayudo a que los demás sonrían, con algunas de mis locuras.
Es por eso que todo lo que nos haya pasado... malo... bueno son cosas para recordar, cosas para agradecer, cosas de las cuales uno no debe arrepentirse, es por esas personas, esos sucesos... que somos lo que somos.

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